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26 julio 2014
La temperatura ideal del vino.
Con las altas temperaturas del verano, el consumo de vino se traslada a los blancos y rosados,
¿pero qué pasa si queremos tomarnos un tinto?
Los vinos tintos aumentan la temperatura corporal y eso ligado al sol y las altas temperaturas
resulta poco apetecible. A pesar de que el verano es la época del año en la que los vinos
rosados y blancos se sirven muy fríos, un tinto roble o joven muy frío puede resultar muy dulce
y delicioso al paladar también en esta época.
La temperatura es fundamental para aumentar o disminuir las cualidades de los vinos,
por eso es preferible servir un vino frío ya que transcurridos 10 minutos subirá 2ºC más su
temperatura.
Para saber a qué temperatura servir, podemos basarnos en la pauta de que a mayor cuerpo
y densidad del vino, mayor temperatura. De esta manera los vinos jóvenes y robles se
toman más fríos (entre 11º y 13º), los crianzas entre los 16º y 17º (cuanto más ligeros, menos
temperatura) y los grandes reservas, de esos que se toman tranquilamente, se toman entre los
17º y 18º. Los blancos y rosados como son más ligeros, se sirven más fríos (entre 5º y 9º). Los
espumosos entre 5º y 10º.
Una temperatura más alta hace que destaque el alcohol, se oculten los aromas y se acentúe la
acidez dando la sensación de un vino desequilibrado y desagradable.
En L’Arruzz Albacete conocemos la importancia de servir un vino a la temperatura ideal para
conservar sus propiedades. Según tu opinión, ¿cómo prefieres los vinos en verano?
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bodegalove.es
ResponderEliminarTomar el vino a la temperatura ideal realza sus sabores y aromas. Un vino tinto ligeramente fresco o un blanco perfectamente refrigerado hacen que cada sorbo sea una experiencia sensorial inolvidable.